De bioquímico comunista a pregonero del Evangelio
El Dr. Garte creció en una familia con una cosmovisión atea profundamente arraigada. Opinaban que Dios era una existencia imposible. Vivió la mayor parte de su vida como un ateo incrédulo. Pero, su amor por la ciencia y la razón allanaron el camino para abrir interrogantes sobre la humanidad y la vida.
Empezó a preguntarse: «¿De dónde vino el universo? ¿Cómo empezó la vida? ¿Qué significa ser un ser humano? ¿Cuál es la fuente de nuestra creatividad?» Finalmente, concluyó que la ciencia no podía explicarlo todo. Al paso del tiempo, Garte conoció a un amigo que lo invitó a un servicio cristiano.
Garte pensó que los cristianos eran fríos y llenos de condenación. En cambio, la gente dentro de la iglesia a la que asistió le estrechó la mano, le brindó amor y paz. Empezó a leer los Evangelios, repasó las enseñanzas de Jesús, y todas ellas resonaron en su corazón, especialmente el Libro de los Hechos. Entonces, el Espíritu Santo inició su obra perfecta.
En su largo viaje a Pensilvania, mientras conducía en silencio, Garte encendió la radio y escuchó a un predicador evangélico. Entonces, sucedió algo extraordinario. Garte se vió en un abrir y cerrar de ojos predicando a una gran audiencia en un estadio. La experiencia continuó mientras escuchaba la voz de Dios de cómo lo amaba y quería entregarle la salvación. N
Garte se quedó estupefacto. Todo lo que observaba en su visión era inexplicable. Cuando se dio cuenta de lo que había pasado, solo pudo decir entre sollozos: «Gracias, Señor. Creo, y soy salvo. Gracias, Señor Jesucristo«. Hoy, el Dr. Sy Garte es un bioquímico que proclama su fe en Dios y usa su conocimiento por la ciencia para ayudar a la gente a Cristo.
Fuente Impacto Evangelístico