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1 de enero, el Año Nuevo cristiano| Entre la circuncisión de Jesús y la Solemnidad de María

“… en él también fuisteis circuncidados con una circuncisión no hecha por manos, al quitar el cuerpo de la carne mediante la circuncisión de Cristo; …”

Colosenses 2:11

El 1 de enero es una fiesta del mundo cristiano que se considera una extensión de la Navidad. El Evangelio de Lucas 2:21 dice: “Y cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, llamaron su nombre Jesús, el cual le había sido puesto por el ángel antes que él fuese concebido en el vientre”.

En el ámbito católico, la orden jesuita abrazó devocionalmente esta fecha de circuncisión considerándola como la primera efusión de sangre en la vida de Jesús.

Sin embargo esta fecha tuvo muchos cambios durante los últimos dos mil años. Tal es así que, a través de gran parte de la historia europea, el nuevo año empezaba a mitad de marzo, con la llegada de la primavera.

La comunión entre las tradiciones romanas y el cristianismo condujeron -de alguna manera- a la utilización del calendario actual que se remonta a tiempos tan lejanos como los del rey romano Numa Pompilio (715-673 A.C) quien introdujo uno de doce meses, donde enero era el primero. La palabra “enero” proviene de Ianuro, el dios romano Iano con dos caras, simbolizando así el umbral que define la mirada hacia atrás (el pasado) y hacia adelante (futuro).

Asimismo, durante varios siglos, el año nuevo romano se festejó el 15 de marzo. Recién en el año 153 A.C se instaló el 1 de enero y luego el emperador Julio César optó por su propio calendario “juliano” que mantenía el 1 de enero como el año nuevo. Este calendario sustituyó los calendarios lunares de otras culturas antiguas, como la latina y estrusca a fin de unificar el mundo romano y sus colonias en torno a un mismo modelo. Este respondía a la herencia del calendario solar egipcio.

Con la caída del imperio romano, las naciones europeas volvieron a retomar sus antiguos comienzos de año. Algunos celebraban el año nuevo el 25 de marzo y otros el 25 de diciembre, ambas fechas relacionadas con la primavera o el período de cosecha.

Uno de los obstáculos del calendario juliano es que los años bisiestos no estaban bien calculados, lo cual complicó las festividades cristianas que tenían que ir cambiándose. En este marco, durante el año 1582, el Papa Gregorio XIII introdujo un nuevo calendario: el actual gregoriano. Una de las modificaciones consistió en restaurar el 1 de enero como el día de año nuevo en tierras cristianas.

Pero por un par de siglos más, no todas las regiones europeas lo acataron, especialmente las protestantes y ortodoxas orientales. En Gran Bretaña y sus colonias el día del año nuevo continuó siendo el 25 de marzo. Recién en 1752 tras un Acta del Parlamento que ordenó que el 1 de enero sería el año nuevo, los territorios angloparlantes adoptaron este día como el comienzo del año.

Para algunas denominaciones (incluyendo a los luteranos ortodoxos orientales y a las tradiciones anglicanas), el 1 de enero se asoció con un día festivo llamado el «Banquete de la circuncisión» el día en que un bebé judío tendría su brit milá (circuncisión).

La circuncisión, así como otras costumbres hebreas, tales como las alimenticias (I Corintos 10:25-33), fueron debatidas entre los primeros cristianos. A instancias de Pablo de Tarso (San Pablo) se rechazaron estos preceptos y los seguidores de Jesucristo dejaron de ser una secta judía, surgiendo así el cristianismo.

Solemnidad de María

En el inicio de año, la Iglesia de Roma festeja la fiesta de la Virgen -la primera fiesta mariana de la Iglesia occidental-, y se la contempla con su hijo en brazos, como un estímulo y una bendición para el año que comienza.

El 1 de enero los católicos recuerdan a María, Madre de Dios. Es la fiesta más antigua de María que hay en el calendario, aunque durante bastantes siglos había sido sustituida y eclipsada por el recuerdo de la circuncisión y la imposición del nombre de Jesús, que tuvo lugar, según las costumbres judías, ocho días después del nacimiento. Todos los niños varones eran circuncidados como signo de la Alianza de Dios con el antepasado Abraham y sus descendientes. En los misales anteriores a la reforma de Juan XXIII, el día 1 de enero se celebraba la fiesta de la circuncisión del Señor. Con la reforma del el Concilio Vaticano II en 1969, se decidió volver a los orígenes y celebrar la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios.

Santoral

El 1 de enero sería el día en que el Hijo de Dios es nombrado Jesús. Es por eso que aquellos bautizados Manuel -proveniente de Emmanuel, nombre profético del Mesías– o Jesús, celebran su santo este primer día del año.

 

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