Cristianismo

Teofanía, la celebración del agua en la Iglesia ortodoxa rusa

La Epifanía es una de las principales fiestas de la Iglesia ortodoxa que se celebra en Rusia en la que tradicionalmente, en la noche del 18 al 19 de enero, los cristianos ortodoxos se zambullen en un claro en el hielo o algún río helado para conmemorar el bautismo de Jesucristo.

El día anterior, llamado la Víspera de la Epifanía, los cristianos ortodoxos se adhieren a un ayuno estricto. Solo es posible comer “sochivo”, unas gachas que pueden ser hechas de una gran variedad de cereales, pero que a menudo son preparadas con trigo, lentejas y ocasionalmente arroz. El sochivo también puede ser comido tras la liturgia de la Epifanía en sí, pero solo luego de que la vela se ha extinguido y se ha tomado la comunión con agua especial bendita.

Durante el día de la Epifanía, a medida que amanece, el melodioso estampido de las campanas de la iglesia, puede ser escuchado a lo largo de todo el país, mientras grandes multitudes se reúnen para atender a una misa especial. El servicio de la Epifanía es llevado a cabo en cada iglesia ortodoxa en la nación, con la asistencia obligatoria de los cristianos ortodoxos. Tras escuchar el sermón, los parroquianos rezan, encienden una vela, confiesan sus pecados, participan en la comunión y beben agua especial de la epifanía. Antes de partir, cada familia embotella algo de la bebida sagrada para llevarlo a sus casas, guardándolo para el año siguiente ya sea para beber o para purificarse.

Luego, a pesar de las bajas temperaturas, muchos se bañan en baptisterios y albercas según la antigua tradición que se extendió en Rusia desde la adopción del cristianismo. La tradición de la “consagración con el agua” se celebra generalmente en los baptisterios de las iglesias en vísperas del Día del Bautismo. Es por ello que el diecinueve de enero sacerdotes y fieles se dirigen a ríos, lagos y otras fuentes de agua en donde de antemano se ha abierto en el hielo un agujero que generalmente se hace en forma de cruz. De este modo se conmemora el momento en que Cristo fue bautizado por Juan Bautista en el río Jordán, como figura en el Nuevo Testamento. En él, Jesús llega a orillas del río de Galilea donde le pide a su primo que lo bautice. Juan procede a la ceremonia y el Espíritu Santo desciende para anunciar: «Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto». Así Jesús instauró el sacramento, que con el tiempo se convirtió en uno de los siete de la Iglesia.

No existen reglas especiales y el rito se ejecuta con tres inmersiones totales mientras el fiel se santigua. Según la tradición, toda el agua en el bautismo se considera santa y los creyentes rocían con ella sus viviendas, la beben y la guardan cuidadosamente durante todo el año.

Durante los doce días entre la Navidad (el siete de enero por el calendario litúrgico ortodoxo) y el Bautismo se celebran las Sviatki, la versión ortodoxa de las Pascuas católicas con características propias. La extensa duración de la  fiesta no es a causa de unas características especiales o de la naturaleza del alma rusa; tiene que ver con las tradiciones procedentes de los ritos más antiguos de los antepasados eslavos. Toda la población celebraba las Pascuas, tanto los jóvenes como los viejos y esta festividad  tenía que ver con un festejo de  la juventud: los juegos, canciones, visitas a las casas, reuniones y adivinaciones creaban el inconfundible ambiente de alegría de las Sviatki, las Pascuas de Navidad. Travesuras, adivinaciones, disfraces y libertinaje en la fiesta eran graves pecados desde el punto de vista ortodoxo. Entonces, para limpiarse estos pecados, todos los participantes de los entretenimientos de las Pascuas de Navidad se bañaban obligatoriamente en un río o lago helado durante la noche del Bautizo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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