No hay nada m\u00e1s empobrecedor que permanecer inmune a los cambios sociales o a las transformaciones que se imponen a nuestra imagen de la sociedad y seguir aferrados a certezas que ni siquiera sabemos de d\u00f3nde proceden o si resultan tan esclarecedoras como creemos. Tambi\u00e9n, sin embargo, resulta empobrecedor no tener panorama, disfrazar de informaci\u00f3n el prejuicio, hacer coincidir nuestros preconceptos con aquello que vemos. En definitiva, seleccionar aquello que nos disgusta de un fen\u00f3meno para confirmar que ese fen\u00f3meno es, de por s\u00ed, negativo. Esto es, en efecto, lo que sucede cuando se repiten mantras que se han demostrado emp\u00edricamente falsos. Por ejemplo, que las religiones desaparecen inexorablemente o que no se encuentran vinculadas al espacio p\u00fablico. Pero el mundo es, como dec\u00eda el escritor, ancho y ajeno. Incluso para los laicistas radicales que se oponen a la participaci\u00f3n del mundo religioso en el espacio p\u00fablico \u2013y que adem\u00e1s lo observan como una novedad, cuando ha sido una constante hist\u00f3rica en sociedades pretendidamente secularizadas\u2013 resulta importante comprender los sucesos vinculados a los espacios religiosos.<\/strong><\/em><\/p>\n

\u00bfQu\u00e9 sucede con las relaciones entre religi\u00f3n y espacio p\u00fablico en la Am\u00e9rica Latina contempor\u00e1nea? Hay tres problemas que atraviesan esa discusi\u00f3n. El primero es que las ideas de sentido com\u00fan sobre el destino tr\u00e1gico de las religiones en la modernidad est\u00e1n cada vez m\u00e1s en cuesti\u00f3n. El segundo es que los razonamientos lineales impiden apreciar las m\u00faltiples conexiones que se dan entre formas de religiosidad y formas de articulaci\u00f3n pol\u00edtica, reduci\u00e9ndolo todo a una secuencia lineal que oculta la intolerancia de lo mismo que aparenta afirmar: el pluralismo en el campo religioso es, en el presente, uno de los hechos m\u00e1s notables de la vida sociocultural de Am\u00e9rica Latina, pero tambi\u00e9n plantea nuevos dilemas y retos pol\u00edticos. El tercero tiene como ejemplo el caso de los evang\u00e9licos, pero vale para todos los grupos religiosos y su relaci\u00f3n con lo p\u00fablico: las narrativas homogeneizantes y deshistorizadas deben ser cuestionadas para no imitar con ellas lo que supuestamente se quiere combatir.<\/p>\n

Religi\u00f3n y secularizaci\u00f3n<\/strong><\/p>\n

El concepto de secularizaci\u00f3n asociado con el declive religioso naci\u00f3 de una visi\u00f3n de la modernidad que la entend\u00eda como trayecto \u00fanico y teleol\u00f3gico. De aquella concepci\u00f3n no pod\u00eda sino derivarse una f\u00f3rmula falaz: a mayor modernizaci\u00f3n, mayor secularizaci\u00f3n. Esta \u00faltima era entendida como el progresivo debilitamiento de la esfera religiosa hasta llegar a la desaparici\u00f3n total de la religi\u00f3n en s\u00ed. Bajo esta formulaci\u00f3n se entend\u00eda que la modernidad era capaz de resolver los problemas humanos y, por tanto, los individuos requer\u00edan de menos religi\u00f3n. La religi\u00f3n se ir\u00eda encogiendo y privatizando, mientras que se expandir\u00eda la mundanidad en la vida de las instituciones religiosas. Aunque estas posiciones cobraron fuerza durante los 70 y los 80, fueron siendo abandonadas por soci\u00f3logos y antrop\u00f3logos que detectaban que la realidad no se correspond\u00eda con las premisas planteadas. Muchos de ellos asumieron que la secularizaci\u00f3n pod\u00eda ser incluso un fen\u00f3meno geogr\u00e1fico y espacial determinado: estaba presente solo en algunos continentes. A lo largo de las \u00faltimas d\u00e9cadas diversos hechos desmintieron la idea de la secularizaci\u00f3n que, iron\u00edas mediante, hab\u00eda sido vendida como una profec\u00eda religiosa. Pa\u00edses como Turqu\u00eda, EEUU o Brasil evidenciaron que las religiones se resisten a ausentarse del espacio p\u00fablico. Frente al fracaso de las \u201cteor\u00edas de la secularizaci\u00f3n\u201d, otros grupos pretendieron oponer una perspectiva absolutamente antag\u00f3nica. Seg\u00fan ellos, se estar\u00eda haciendo patente un \u201cretorno de la religi\u00f3n\u201d, entendido como una revancha en la que lo religioso volv\u00eda con fuerza, motivada por reconquistar lo perdido.<\/p>\n

Sin embargo, frente a ambas posiciones, existe una explicaci\u00f3n m\u00e1s actual, que conduce a la reelaboraci\u00f3n del concepto de secularizaci\u00f3n, explicando que, as\u00ed como las religiones se secularizaron internamente, las agencias seculares de la modernidad producen y ponen en competencia v\u00edas de producci\u00f3n de trascendencias y consagraci\u00f3n. Esto derrib\u00f3 el muro divisorio de la supuesta laicidad que conten\u00eda lo p\u00fablico (el Estado) y lo privado (la religi\u00f3n y las iglesias).<\/p>\n

La redefinici\u00f3n del concepto de secularizaci\u00f3n aportado por la soci\u00f3loga francesa Dani\u00e9le Hervieu-L\u00e9ger ayud\u00f3 a salir de la oscilaci\u00f3n entre el fin y el retorno de la religi\u00f3n. Tal como sostuvo en su libro, de 1986, \u201cHacia un nuevo cristianismo. Introducci\u00f3n a la sociolog\u00eda del cristianismo occidental\u201d, la modernidad no es \u201cla desaparici\u00f3n de la religi\u00f3n confrontada a la racionalidad\u201d, sino la \u201creorganizaci\u00f3n permanente del trabajo de la religi\u00f3n en una sociedad estructuralmente impotente para colmar la espera que tiene que suscitar para existir como tal\u201d. Es en el contexto de esta acotaci\u00f3n donde se da el espacio para una formulaci\u00f3n m\u00e1s precisa y actual de los conceptos de secularizaci\u00f3n y religi\u00f3n. La concepci\u00f3n que se atiene a la historicidad de lo social da lugar a una puesta en suspenso de categor\u00edas como \u201creligi\u00f3n\u201d o \u201csecularizaci\u00f3n\u201d para interrogar su surgimiento como procesos sociales y su uso como conceptos te\u00f3ricos, tal como lo propuso en 2003 el antrop\u00f3logo saudita Talal Asad, en su libro \u201cFormaciones de lo secular. Cristianismo, islam y modernidad\u201d.<\/p>\n

Asad introduce la perspectiva antropol\u00f3gica y poscolonial en un terreno social que parec\u00eda patrimonio exclusivo de expresiones de la ciencia pol\u00edtica y la filosof\u00eda, que no hab\u00edan hecho un proceso reflexivo sobre la implicaci\u00f3n entre normatividad y descripci\u00f3n presente en sus modelos. De esta manera podemos reconocer que tanto la \u201creligi\u00f3n\u201d como la \u201csecularizaci\u00f3n\u201d resultan un invento de la modernidad, son constructos sociales. La referencia a lo sagrado en otros contextos hist\u00f3ricos lleva varios nombres, pero esas religiones no constituyen lo mismo que el dominio aut\u00f3nomo de la religi\u00f3n, que como el de la econom\u00eda, la pol\u00edtica o la ciencia, emerge con la modernidad.<\/p>\n

La noticia es que el predominio del catolicismo declina en las culturas y sociedades latinoamericanas. Aun as\u00ed, Am\u00e9rica Latina no constituye un territorio homog\u00e9neo y las particularidades hist\u00f3ricas siguen jugando un rol importante en los procesos de pluralizaci\u00f3n del campo religioso en las sociedades de la regi\u00f3n.<\/p>\n

La laicidad, que implica el funcionamiento de la secularizaci\u00f3n en el \u00e1mbito de las relaciones entre pol\u00edtica y religi\u00f3n, y su mediaci\u00f3n, el espacio p\u00fablico, se ve dr\u00e1sticamente cuestionada y redefinida. Esta situaci\u00f3n llama a repensar el concepto de secularizaci\u00f3n y, con \u00e9l, a buscar alternativas de laicidad para nuevas sociedades plurales.<\/p>\n

Pluralismo y diversidad<\/strong><\/p>\n

La menci\u00f3n del par religi\u00f3n – espacio p\u00fablico evoca una serie heterog\u00e9nea de relaciones en las que se establecen tanto fronteras como porosidades entre campos especializados; pero tambi\u00e9n estos acercamientos despiertan tensiones, enfrentamientos, alianzas e identificaciones entre los Estados, los grupos religiosos y los activistas que conforman la sociedad civil. El resultado acumulado de las transiciones democr\u00e1ticas, las emergencias cr\u00edticas frente al neoliberalismo, la radicalizaci\u00f3n antidemocr\u00e1tica y antihumanista de las derechas y de los populismos, la transformaci\u00f3n de las agendas p\u00fablicas con fuerzas pol\u00edticas y sociales que asumen las cuestiones ligadas al ambiente, a los derechos de los pueblos originarios, a las batallas por la igualdad de g\u00e9nero y al reconocimiento de la diversidad sexual, son concomitantes con la diversificaci\u00f3n e intensificaci\u00f3n de los activismos religiosos.<\/p>\n

Esto provoca crisis en al menos cinco situaciones diferentes y contrapuestas:<\/p>\n

(a) cuando existe una tendencia a la diversificaci\u00f3n religiosa que no va de la mano de una cultura pluralista (de respeto y reconocimiento positivo a la diversidad religiosa), que promueva el derecho a las libertades religiosas y a las reglamentaciones para prevenir o combatir la discriminaci\u00f3n religiosa;<\/p>\n

(b) cuando los distintos grupos religiosos entran en juego en la esfera p\u00fablica para conquistar espacios desde donde imponer sus credos y doctrinas. Esto contribuye a hacer de la laicidad (entendida como ordenamiento jur\u00eddico y de separaci\u00f3n de la religi\u00f3n y de la pol\u00edtica) un campo de tensiones complejo y en disputa entre las iglesias y el Estado;<\/p>\n

(c) cuando las religiones buscan extender su dominio religioso como imposici\u00f3n de valores morales en la esfera p\u00fablica de la pol\u00edtica formal y, en nombre de la libertad religiosa, amenazan la libertad de conciencia y pretenden condenar, prohibir o censurar las demandas de libertades y los derechos humanos de los movimientos sociales de otras minor\u00edas antag\u00f3nicas (de g\u00e9nero, raciales, o \u00e9tnicas);<\/p>\n

(d) cuando la formaci\u00f3n de la voluntad pol\u00edtica mayoritaria se compone con la fuerte presencia de ideolog\u00edas religiosas que conquistan el poder para promover la restricci\u00f3n democr\u00e1tica apuntando a su perpetuaci\u00f3n y se posicionan contra las identidades, derechos y reivindicaciones de ciudadanos que no comparten esas ideolog\u00edas;<\/p>\n

(e) cuando la ambici\u00f3n de los pol\u00edticos ve una mina de oro en las religiones (manipulaci\u00f3n de recursos simb\u00f3licos, negociaci\u00f3n clientelar con l\u00edderes religiosos por votos acarreados, justificaci\u00f3n divina de decisiones pol\u00edticas) para incrementar o afianzar su popularidad.<\/p>\n

Las iglesias evang\u00e9licas y Am\u00e9rica Latina<\/strong><\/p>\n

El continente latinoamericano sol\u00eda aparecer en los atlas de religiones mundiales como un territorio cat\u00f3lico. Sin embargo, en los \u00faltimos a\u00f1os se ha verificado un r\u00e1pido descenso de la catolicidad, a la vez que un crecimiento de distintas expresiones del llamado mundo evang\u00e9lico. Las iglesias evang\u00e9licas, grandes protagonistas de este cambio en la cristiandad, son diversas y heterog\u00e9neas, aunque su actor m\u00e1s activo sea el movimiento pentecostal, tal como se puede apreciar en Centroam\u00e9rica y Brasil. Mientras buena parte de la poblaci\u00f3n observa \u201clo evang\u00e9lico\u201d como un fen\u00f3meno homog\u00e9neo, la sociolog\u00eda y la antropolog\u00eda religiosa demuestran m\u00e1s bien lo contrario: su heterogeneidad.<\/p>\n

En el contexto de una Am\u00e9rica Latina cambiante y en tensi\u00f3n, algunas iglesias pentecostales y alianzas de iglesias pentecostales y evang\u00e9licas se sintieron amenazadas por los movimientos feministas y LGBTI, y decidieron enfrentarse a ellos en el \u00e1mbito p\u00fablico. En ese terreno, fueron incrementando su inter\u00e9s por \u201chacer pol\u00edtica\u201d, e incluso se radicalizaron como la \u201cnueva derecha cristiana\u201d, o bien adquirieron tendencias conservadoras que hoy abren una nueva ronda de disputas por el reconocimiento plural de la diversidad religiosa. En una parte importante de Am\u00e9rica Latina, el giro conservador evang\u00e9lico es una realidad o una probabilidad. Faltan preguntas en los cuestionamientos al papel de las iglesias: \u00bfpiensan sus fieles lo mismo que quienes las dirigen? \u00bfAcuden a los cultos religiosos por las posiciones pol\u00edticas de los pastores o por otras cuestiones? Una parte de la intelectualidad progresista omite estas preguntas y junta a los fieles bajo la categor\u00eda de \u201cevang\u00e9licos\u201d pretendiendo decir \u201cderecha\u201d. Si los feminismos son diversos, tambi\u00e9n lo son los evangelismos. Si las izquierdas son diversas, tambi\u00e9n lo son los evangelismos. Si los liberalismos son diversos, tambi\u00e9n lo son los evangelismos.<\/p>\n

En la vi\u00f1a evang\u00e9lica tambi\u00e9n encontramos versiones pentecostales progresistas que han sido influidas por las demandas de sectores minoritarios, como son los movimientos evang\u00e9licos feministas dentro del pentecostalismo, o el papel que ha tenido en las iglesias inclusivas que abrigan al movimiento LGBTI en distintos pa\u00edses de Am\u00e9rica Latina. Estas iglesias, si bien son minoritarias, han transformado su identidad teol\u00f3gica y lit\u00fargica en torno de las identidades de la diversidad sexual, flexibilizando sus sistemas morales. Asimismo, se verifican imbricaciones entre denominaciones: iglesias pentecostales que han ido incorporando elementos culturales y sociales progresistas de otras denominaciones cristianas, as\u00ed como iglesias luteranas, bautistas y metodistas m\u00e1s asociadas al progresismo.<\/p>\n

Pero no es la existencia de estas corrientes progresistas dentro del mundo evang\u00e9lico la que debe salvar a las ciencias sociales del cultivo de una creciente evangelicofobia que se legitima con una imagen parcial y autocomplaciente del proceso que comprometi\u00f3 a Jair Bolsonaro con una parte importante de los evang\u00e9licos. Lo que ser\u00e1 decisivo para que las ciencias sociales puedan desplegar una mirada certera sobre los fen\u00f3menos religiosos, y sobre los evang\u00e9licos en particular, es una visi\u00f3n compleja, atenta a los procesos, a las contingencias, a las heterogeneidades.<\/p>\n

En el momento actual, no es aceptable hablar de una sola v\u00eda para alcanzar la modernidad, ni siquiera de un mismo modelo de modernidad. Lo que comparten todos los pa\u00edses de la regi\u00f3n es la situaci\u00f3n perif\u00e9rica respecto a los accesos a una modernidad econ\u00f3mica trazada desde los centros del poder colonial. Debido a ello, desde el Sur o desde las periferias latinoamericanas, distintos movimientos religiosos han contribuido a generar proyectos alternativos nacionales e incluso regionales. Pero tambi\u00e9n cobran vigencia peque\u00f1os colectivos que conforman redes no tan visibles en torno de espiritualidades alternativas, que generan nuevos estilos de vida, construyen horizontes ut\u00f3picos de modernidades descolonizadoras y promueven nuevos espacios p\u00fablicos en torno de lo \u201csagrado femenino\u201d, de la naturaleza como ser con derechos, del respeto a los territorios sagrados y del derecho de las poblaciones originarias a sus territorios y cultura.<\/p>\n

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Fuente HoyD\u00eda<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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