Catolicismo

La Iglesia Católica es asediada por el gobierno de Nicaragua

En Nicaragua, un obispo y un grupo de sacerdotes, seminaristas y feligreses llevan una semana sitiados por la policía en la curia de Matagalpa, en el norte del país.

La comunidad eclesiástica de Terrabona, ubicada a unos 73 kilómetros al norte de Managua, pertenece a la Diócesis de Matagalpa.  Allí, el obispo Rolando Álvarez, cumple hoy nueve días de estar sitiado por la Policía Nacional, que lo acusa de intentar organizar “grupos violentos”.

En este contexto, las asociaciones de defensa de derechos humanos ya han enviado cartas al Vaticano para que intervenga en lo que denuncian “ser un atentado a las libertades religiosas”. “Son situaciones de asedio, represalias, hostigamiento, secuestro hacia las personas y el grupo que acompaña a sacerdotes y laicos como organismos de derechos humanos”, explicó Álvaro Leyva, secretario general de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos.

Y agregó: “El pasado 25 de julio hicimos llegar una carta a su Santidad el papa Francisco con un informe detallándole toda una serie de acontecimientos donde el régimen queda en evidencia por esa violación al derecho humano de la libertad religiosa para su intervención y su pronunciamiento sobre este caos, persecución, asedio, represalias, secuestro que está haciendo en contra de la iglesia católica nicaragüense”

Asimismo, Leyva explicó que la relación entre el gobierno de Ortega y la Iglesia católica se rompió en 2018, cuando ésta intentó mediar en la crisis social y política y resguardó a manifestantes heridos en su templo.

Leyva denunció que los representantes de la Iglesia “nunca han estado en armonía ni en sintonía frente a lo que ha venido promoviendo el régimen Ortega-Murillo; siempre ha habido una distancia porque definitivamente el régimen no es coherente entre lo que dice y lo que practica”.

Y destacó: “Los pastores de la iglesia católica simplemente han señalado esa falta de coherencia, cumplimiento en cuanto a los derechos humanos, frente a los derechos constitucionales nicaragüenses y, definitivamente, esa distancia que ha tomado la iglesia frente al régimen es el resultado que hoy están enfrentando sus pastores, sus obispos de la iglesia católica”.

El obispo Álvarez comunicó durante una misa transmitida por Facebook este jueves un mensaje optimista: “Nos encontramos gracias a Dios bien de salud, viviendo en comunidad, estamos en las manos de dios. Estamos viviendo el encierro como un retiro espiritual”.

El clérigo fue retenido después de denunciar el cierre de cinco emisoras de radio religiosas y exigir al régimen de Ortega que “respete la libertad de culto ante los hostigamientos a la Iglesia”.

El religioso, de 55 años, fue nombrado obispo de Matagalpa por el Vaticano en el 2011. En su misión pastoral visita pueblos rurales donde goza de gran aceptación. En 2015, encabezó una marcha multitudinaria, en Rancho Grande (Matagalpa), para oponerse a una concesión minera que el régimen había otorgado a una compañía canadiense.

El conflicto ha motivado mensajes de solidaridad de sus pares de América Latina, con llamados al diálogo en Nicaragua.

Cuando comenzó la crisis.

En marzo, el representante del Vaticano, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, salió del país de forma intempestiva y según autoridades eclesiales, su relación con el régimen no eran buenas.

Mediante un comunicado, el Vaticano, había calificado de “incomprensible” la expulsión de su representante. En julio, monjas Misioneras de la Caridad, de la orden de Santa Teresa de Calcuta abandonaron el país centroamericano luego de que el Congreso cerrara sus oficinas y se alegara que no estaban acreditadas para realizar operaciones de asistencia social.

Durante las protestas de 2018, durante el ataque armado de paramilitares contra manifestantes, Álvarez salió en procesión con el Santísimo, uno de los símbolos sagrados de los católicos, en rogativa para que cesará la agresión.

Con las nuevas embestidas de este año, en mayo pasado, el religioso llevó a cabo a modo de protesta, un ayuno de muchos días tras ser objeto de una persecución policial que incluyó la violación a su círculo de privacidad familiar poniendo en riesgo la seguridad de su familia, en Managua (Nicaragua). El administrador apostólico de la diócesis de Estelí (norte), y encargado del área de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, es uno de los religiosos más populares e influyentes de ese país.

La guerra que el gobierno nicaragüense mantiene con la Iglesia generó prohibiciones que incluyen procesiones religiosas.E n este sentido, la Arquidiócesis de Managua informó que la Policía de Nicaragua no autorizó una procesión con la imagen peregrina de la virgen de Fátima.

«La Arquidiócesis de Managua dando testimonio de tolerancia y espíritu de paz, en las circunstancias que vive actualmente nuestra patria, hace saber a nuestros sacerdotes y los fieles católicos, que la Policía Nacional nos ha comunicado que por motivo de seguridad interna no se permite el desarrollo de la procesión programada para las 07.00 horas del 13 de agosto», explicó esa diócesis que dirige el cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes.

Esa actividad estaba planificada con ocasión del Congreso Nacional Mariano, que comenzó el domingo pasado, «y final de la peregrinación de la imagen de nuestra Señora de Fátima en el territorio nacional, en donde ha permanecido 30 meses».

Asimismo, la Arquidiócesis de Managua invitó a todos los fieles católicos a ofrecer este viernes una jornada de ayuno y oración «por la conversión de todos, y asistir el sábado directamente a Catedral de Managua, llegando a pie o en sus vehículos particulares, haciéndolo de forma pacífica para rezar por la Iglesia y Nicaragua».

«Nos encontraremos a las ocho de la mañana para el ingreso procesional en el atrio de Catedral de la Imagen de Nuestra Señora de Fátima, rezar el Santo Rosario y participar a continuación en la misa, la que será presidida por el señor arzobispo, cardenal Leopoldo Brenes y todo el clero arquidiocesano», continuó.

La procesión convocada para el sábado con la imagen de la virgen de Fátima saldría del colegio Cristo Rey hasta el atrio de la Catedral de Managua, en un recorrido de unos dos kilómetros.

Una réplica de la imagen de la virgen de Fátima, traída desde su Santuario en Portugal, llegó a Nicaragua en enero de 2020 como parte de una intensa jornada de oración por la paz y la unidad en este país centroamericano.

La réplica portuguesa de la virgen de Fátima, que peregrinaría por Nicaragua durante 18 meses para conmemorar el Año Jubilar Mariano, desde el 25 de enero al 25 de julio de 2021, ha permanecido en el país, sin embargo, por 30 meses.

Es la tercera vez que una imagen portuguesa de la virgen de Fátima visita Nicaragua en 74 años, y la segunda en un viaje directo desde su lugar de origen en Portugal.

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