CristianismoJudaísmo

San Esteban, el que sigue al Nacido de Dios

 

Esteban fue el «protomartir» al ser el primer mártir de toda la historia cristiana.

San Esteban era uno de los hombres de confianza de los apóstoles de Jesús quien cargó en sus hombros la misión de seguir con las enseñanzas de Cristo, defendiéndolo entre los judíos que tras los eventos del Gólgota, continuaban negando que era el Mesías.

A través de los siglos, cada cual a su manera, ha sido venerado por las iglesias católica romana, ortodoxas bizantina y nestoriana así como por la anglicana.

Esteban (del griego Stephanos, que significa “corona”) fue un diácono de la iglesia primigenia de Jerusalén que se ganó la enemistad de las autoridades judías que, al llevarlo a juicio, lo condenaron a la muerte por lapidación. Es por ello que, en la alquimia transformadora del arte simbólico, es representado con piedras y la palma del martirio. La suave iconografía de las iglesias orientales lo presenta como un hombre joven, sin barba, con una tonsura, llevando ropas de diácono y, a menudo, sosteniendo una pequeña iglesia o un incensario.

Esteban fue llevado a juicio tras ser perseguido por sus enseñanzas cristianas. Uno de los presentes en su martirio fue Saulo de Tarso, un fariseo que más tarde se convertiría en uno de los apóstoles de Jesús y una de las figuras esenciales de la cristiandad.

El santo aparece mencionado en el libro Hechos de los apóstoles del Nuevo Testamento de la Biblia, donde es descripto como el escogido por los judíos helénicos para organizar una distribución más justa de los recursos entre las viudas de esa comunidad. Su primera mención alude a que era uno de los siete diáconos elegidos (Próspero, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás de Antioquía) por los apóstoles para distribuir comida y caridad entre los miembros más pobres de la comunidad de la iglesia primitiva. De acuerdo con la creencia ortodoxa, él era el más importante de todos, por lo que es llamado archidiácono.​

Tal cual sucediera con Nicolás de Antioquía, se dice que era un judío converso. Estos diáconos fueron elegidos por la insatisfacción entre los judíos helénicos (de origen griego y greco parlantes) que consideraban que las viudas de su colectivo eran tratadas peor que las judías hebraicas en la distribución de los fondos de la comunidad. Como el nombre «Stephanos» es griego, se ha asumido que él era uno de estos judíos helénicos. En el texto se dice que Esteban estaba «lleno de fe y del Espíritu Santo». Se dice que Esteban hizo algunos milagros delante del pueblo.

De acuerdo a las Santas Escrituras, algunos judíos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia que estaban congregados en una sinagoga, debatieron con Esteban a quien no podían rebatir sus argumentos,  lo que generó la idea de sobornar a algunos testigos para que dijeran que Esteban blasfemaba contra Moisés y Dios. Por ello, «conmovieron al pueblo, a los ancianos y escribas» y cogieron a Esteban y lo llevaron hasta el Sanedrín, reunido en el Templo de Jerusalén. Entonces los testigos falsos le acusaron de haber dicho que cambiaría las costumbres de Moisés y que Jesús destruiría el Templo de Jerusalén.​ El libro de Hechos dice que en ese momento los sanedritas miraron a Esteban y vieron «su rostro como el rostro de un ángel».

El discurso que aviva la ira en el Sanedrín

Esteban dio un extenso discurso ante el Sanedrín. Habló de Abraham, de sus descendientes y de cómo José fue a parar a Egipto. Luego habló de cómo José fue consejero del faraón, de cómo los siguientes faraones esclavizaron al pueblo judío, de la vida de Moisés y de su conversación con Dios. En la historia de Moisés, narró cuando aquel profeta estaba perdido en el monte y los israelitas le dijeron a su hermano Aarón que hiciera un Dios para guiarlos en el desierto. Con esto quiso señalar la desobediencia del pueblo de Israel hacia Dios.​ Luego habló de la construcción del tabernáculo sagrado que hizo Moisés siguiendo las instrucciones de Dios y del templo que hizo Salomón. En el discurso dijo que Dios había indicado que él vivía en el cielo y en la tierra y no solamente en un edificio, en referencia al templo.

El libro de los Hechos cuenta que Esteban apeló a las escrituras para demostrar que Jesús no desobedeció las normas que Dios dio a Moisés, sino que las cumplió debidamente. El discurso terminó con las siguientes palabras: “Duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos, vosotros siempre habéis resistido al Espíritu Santo. Como vuestros padres, así también vosotros. ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Dieron muerte a los que anunciaban la venida del Justo, a quien vosotros habéis traicionado y crucificado; vosotros, que recibisteis por ministerio de los ángeles la Ley, no la guardasteis”.

La ejecución de Esteban

Tras esta afirmación, los sanedritas no pudieron contener su ira.​ No obstante, Esteban miró arriba y gritó al Sanedrín que veía el cielo abierto y al Hijo del Hombre (Jesús, recientemente ejecutado) sentado a la diestra de Dios. Esto resultó para ellos una blasfemia tan grande, que sujetaron a Esteban,  conduciéndolo a las afueras de la ciudad para lapidarlo.

En aquella época los judíos permitían la pena de muerte por lapidación en caso de blasfemia. Los testigos, los cuales tenían el deber de tirar las primeras piedras, dejaron sus mantos en el suelo para poder hacerlo, a los pies de «un muchacho llamado Saulo», quien posteriormente sería conocido como el apóstol Pablo. Esteban oró a Dios para que recibiese su espíritu y para que perdonase a sus asesinos, se puso de rodillas y cayó muerto.

Porqué se celebra el día de San Esteban después de Navidad.

En los lugares en los que se celebra, el día de San Esteban es considerado como una segunda Navidad, un eco o extensión de la festividad cristiana asociada a la reunión familiar.

Tal origen puede remitirse a la importancia que le daba el imperio carolingio al concepto de la familia como unidad esencial que había de reunirse siempre en cualquier ocasión especial. Este arraigado concepto, que ha prevalecido en muchos casos hasta nuestros días, también estaba de plena vigencia durante la Edad Media.

En aquellas épocas viajar no era como hoy, con lo cual  la vuelta a casa después del 25 requería de ‘un día extra’ para emprender el camino de regreso.

Lo que en principio fue un día post – festivo, de descanso para los familiares que venían de muy lejos, es hoy en día parte de la propia Navidad y San Esteban se celebra porque la reunión familiar y los buenos deseos de estos días se prolongan un día más, no solo el 25 de diciembre sino también el 26, siendo que fue, según la historia, el primer santo en defender a Jesús y morir por Él.

Cabe destacar que en Cataluña y Baleares la comida del día de San Esteban es casi tan importante como la de Navidad con los tradicionales canelones, que se preparan con las deliciosas ‘sobras’ de la comida de Navidad.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *