Cristianismo

Misterio y misión de las Pascuas

¿Por qué se dice Pascuas (en plural)? ¿Cual es el origen de la Pascua?
¿A qué responde su festejo?¿Es una celebración exclusivamente cristiana?

En esta fecha de fin de semana largo y de negocios desbordados de huevos, conejos de chocolate y roscas llenas de crema pastelera, nos invita a pensar en que detrás de la tradición festiva dulce y de invitación a unas mini vacaciones, hay un recuerdo ancestral de significación mundial interesante de abordar.

En principio hay que señalar que el origen de la Pascua es judío; el Pesaj, tal su nombre en hebreo, celebra la liberación del pueblo judío de la esclavitud egipcia liderada por Moisés que guía a su pueblo a cruzar el mar Rojo, mientras éste se abre para permitir que lo crucen caminado y se cierra al llegar el ejército perseguidor que perece ahogado.

Es en la conmemoración de este paso a la libertad del judaísmo, que Jesús de Nazareth elige como fecha propicia para hacer su entrada en Jerusalén a lomo de un burro y entregarse a la traición, martirio y muerte para resurgir luego de tres días a la vida para siempre: la Resurrección de Jesucristo.

Este regreso a la vida terrenal del Nazareno es el milagro fundacional de su credo cristiano que llevaría a la fundación de la Iglesia Cristiana.

¿Por qué Jesús habría elegido esta misma fecha? No es una simple coincidencia ni una especie de renovación del evento de liberación judía del yugo egipcio. Es más bien la idea que transmite la palabra Pascua en los idiomas antiguos; en latín es pascha, en griego πάσχα o pásja, y en arameo פַּסְחָא pásja. Todas se aúnan en el significado del misterio que indica «atravesar de un estado a otro».

En ambos sucesos (la salida de Egipto y la resurrección del Nazareno) late una transformación; en una se pasa de la esclavitud a la libertad y en el Misterio del Golgota, nada más y nada menos, que la vuelta a la vida en paz de entre los muertos, redimiendo así el estado de perpetuidad condenatoria del pecado.

Esta nueva «eternidad» que modificó el calendario mundial y dio inicio al cristianismo como cosmovisión universal y prólogo de nuevas e incontables luchas y revoluciones sociales y religiosas en los último dos mil años.

Así es como hoy día, las pascuas nos ofrecen diversas formas de celebración, casi todas asociadas a la idiosincrasia y tradición de cada pueblo y región, tanto en la religión judía pero muy especialmente en la variada expresión del cristianismo y lugares donde este haya » transformado» otros cultos, como es en el caso de los pueblos originarios de América.

Silvina Batallanez

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