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Brasil y el factor religioso. Obispos denuncian a los candidatos presidenciales de hacer abuso de la fe (video)

Tras la visita del presidente de Brasil a la Basílica de Aparecida, el obispo Orlando Brandes, denunció una ola de “mentira” y “odio” en el país suramericano de habla portuguesa.

La CNBB (Conferencia nacional de Obispos de Brasil) comunicó su desacuerdo con “la intensificación de la explotación de la fe como forma de obtener votos”.

Luego de que los candidatos presidenciales Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro casi empataran por ser los más votados en la primer vuelta de las actuales elecciones celebrada el 2 de octubre y antes de la segunda y definitiva llamada a las urnas el 30 de octubre, se comenzó una encarnizada lucha entre ambos políticos que dividen al extenso país.

El factor religioso es la clave para el triunfo y/o derrota de uno y otro. Ambos están lanzando constantes guiños espirituales para ganarse el apoyo tanto de católicos como de evangélicos. Es en este punto donde la Iglesia católica ha expresado su lamento públicamente.

El detonante se dio el pasado 12 de octubre, día de la Virgen de Aparecida, patrona de Brasil, cuando Bolsonaro apareció en el Santuario, el más importante del país (como la Basílica de Lujan en Argentina). Eso generó reacciones encontradas entre los fieles; algunos lo aplaudieron y otros lo abuchearon. Cabe destacar que algo similar había ocurrido días antes cuando el mandatario se presentó en la procesión fluvial de Nuestra Señora de Nazaré, en Bélem (Pará).

Así fue que el obispo de Aparecida, Brandes, aunque evitó nombrar al presidente, denunció que, “tras el dragón de la pandemia que ya ha sido vencido, ahora hay otros dos dragones, el de la mentira y el odio, que marcan tristemente el debate político, quedando en un lugar secundario cuestiones como el hambre, la falta de empleo o la incredulidad, auténticos retos acuciantes en la sociedad brasileña. Para el prelado, ambas tentaciones hacen mal y no son de Dios, sino del maligno”.

A la molestia católica se sumó que esa misma mañana, antes de visitar Aparecida, el actual presidente, había inaugurado un templo evangélico en Belo Horizonte (Minas Gerais). En ese acto, sí intervino públicamente y acusó a Lula de que, con él de nuevo en el Gobierno, serían legalizadas la droga y el aborto, así como sería permisivo en  la extensión de la ideología de género.

Frente a esto, en algunos círculos católicos se acusa a Bolsonaro de llevar a cabo “un doble juego religioso”, pues, si bien se declara fiel a la Iglesia de Roma, sus guiños son constantes hacia el pentecostalismo más conservador y cuyas celebraciones son masivas, pudiendo ver ahí un gran caldero de votos. A ello se refirió el obispo, quien, tras la celebración en Aparecida -en declaraciones a los medios- sí deslizó que “no puedo juzgar a las personas, pero necesitamos tener una identidad religiosa. O somos evangélicos o somos católicos”.

Contundente en el posicionamiento, la CNBB, en una nota firmada por su Ejecutivo encabezado por Walmor Oliveira de Azevedo, arzobispo de Belo Horizonte, lamentó “la intensificación de la explotación de la fe y la religión como forma de obtener votos en la segunda vuelta”.

“Los momentos específicamente religiosos no pueden ser utilizados por los candidatos para presentar sus propuestas de campaña. Además de que la manipulación religiosa siempre distorsiona los valores del Evangelio. Por todo ello, la CNBB condena enérgicamente el uso de la religión por todos y cada uno de los candidatos como herramienta en su campaña electoral” aseveró el conjunto de prelados.

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