Cristianismo

ACIERA se suma al NO de la legalización de la marihuana

La Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas de la República Argentina – ACIERA- comparte la declaración de MESA – Mesa Nacional de Organizaciones que Trabajan en Adicciones, donde declara que en Argentina NO deberá legalizar la marihuana.

Luego de las declaraciones del presidente de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cañamo y del Cannabis Medicinal, Francisco Echarren, donde asevera el pronunciamiento positivo del gobierno nacional para avanzar hacia la legalización de la marihuana en Argentina, la MESA  realizó un comunicado para expresar su desacuerdo con la iniciativa.

Al respecto detalla el documento:

NO a la legalización de la marihuana en Argentina
Ante las declaraciones del flamante presidente de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cañamo y del Cannabis Medicinal, Francisco Echarren, acerca de la intencionalidad del gobierno nacional de avanzar hacia la legalización de la marihuana en Argentina, desde la MESA – Mesa Nacional de Organizaciones que Trabajan en Adicciones expresamos nuestra profunda preocupación y malestar sobre el particular, más no nuestra sorpresa.

Hace tiempo que desde este espacio venimos denunciando sistemáticamente la promoción de lo medicinal y lo industrial como el Caballo de Troya de los
promotores de la legalización de esta droga. No nos oponemos a la investigación científica y el desarrollo de fármacos cannabinoides, aislados en laboratorios y administrados por especialistas médicos, para el tratamiento de ciertas enfermedades. Pero de ningún modo validamos el autocultivo ni la producción casera de elaboraciones cannábicas. Mucho menos lo que Nora Volkow (máxima autoridad en los Estados Unidos en el campo de la salud mental) ha venido a denominar un “experimento social».
Porque cuando se habla de legalizar el cannabis nada se dice de los sufrimientos que esta sustancia provoca, minimizando los estudios sobre el daño que genera, todo sobre la base de los grandes intereses económicos e ideológicos que movilizan la cruzada pro legalización. La marihuana es adictiva, ya que altera distintos circuitos cerebrales tanto químicos como eléctricos del sistema nervioso. El uso a edades tempranas es mucho más dañino. Su consumo afecta al cerebro, generando en algunos casos psicosis, pérdida de la capacidad cognitiva (memoria, pensamiento y atención), síndrome amotivacional (apatía, abulia, desgano, abandono de la escolarización), y síndrome de senilidad, (olvidos, desorientación,
etc.), entre otras afecciones.

Lamentamos que algunos funcionarios públicos se conviertan en militantes
vernáculos cannábicos, creyéndose que harán la revolución de la ampliación de derechos, cuando no son más que voceros obedientes de intereses internacionales. Por cada peso que se recaude en impuestos por la venta de cannabis legal, el estado deberá gastar mucho más por las consecuencias que esto terminará ocasionando en la salud pública y en el tejido social. No hay progresismo alguno en masificar el uso de drogas.

Otro mito que han intentado instalar a través de estos movimientos abolicionistas es que “la guerra a las drogas” fracasó, que hay que avanzar en la legalización de todas las sustancias y que esto reducirá el narcotráfico.

Ante la escalada de inusitada violencia en la ciudad Rosario, lamentamos la triste reflexión de la ex Ministra de Seguridad de la Nación, Sabrina Frederic: “El problema de seguridad en
Santa Fe se genera porque el Estado no regula el mercado de drogas”. La realidad y la evidencia empírica nos marcan otra cosa. En los lugares que se ha legalizado y/o regulado el efecto es el contrario. Ampliación del consumo, baja en la edad de inicio y multiplicación del comercio
ilegal, con precios más bajos porque no pagan impuestos y desarrollo de productos con mayor contenido de THC. La legalización en estos lugares no impidió el mercado negro, sino que indirectamente lo ha promovido. En Canadá, por ejemplo, el 40 por ciento del mercado sigue siendo ilegal. Los narcos no se sienten intimidados por la legalización, sino que la esperan. ¿Quieren lo mismo para la ya tan golpeada Argentina post pandemia en la que seis de cada diez niños y adolescentes son pobres?

El supuesto fracaso en la “guerra a las drogas” no es otra cosa que el rotundo fracaso de las políticas de reducción de la demanda, en especial en materia deprevención. En una relación de oferta y demanda, el narcotráfico ofrece y las personas demandan. Poner el acento en el sujeto no es habilitar el consumo, o proponer la reducción de daños. Es trabajar seriamente en educación y en el desarrollo de una verdadera cultura preventiva desde edades tempranas. En la Argentina hace décadas que no existe un plan estratégico en este campo.

Comunicado-MESA-Echarren-cannabis.pdf

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