Cristianismo

William Cowper: “Dios se mueve de formas misteriosas”

Es una de las obras más relevantes del repertorio de este gran escritor de himnos cristianos.

Podría ser uno más en el listado de grandes compositores, pero conocer el trasfondo histórico y personal de Cowper, nos pone en un escenario difícil de digerir para nuestra cultura evangélica: ¿Puede Dios usar como instrumento a una persona que no tiene todas sus facultades mentales en orden? La respuesta, tal vez, se pueda encontrar en este artículo de Paula Lamas.

“Dios se mueve de formas misteriosas para realizar Sus maravillas Deja las huellas de Sus pies en el mar y cabalga sobre la tormenta. En lo profundo de unas minas insondables, con una habilidad que nunca falla, Él atesora Sus brillantes designios y obra Su soberana voluntad. Ustedes, santos llenos de temor, tomad nuevo valor; las nubes que tanto teméis, Están repletas de misericordia y romperán en bendición sobre vuestras cabezas. No juzguéis al Señor con vuestros débiles entendimientos, sino confiad en Él y en Su gracia. Detrás de una providencia que frunce el ceño, Él esconde un rostro sonriente. Sus propósitos madurarán pronto, Desarrollándose a cada hora. Aunque el capullo tenga sabor amargo. Dulce será la flor. La cierta incredulidad ciertamente se equivocará y escudriña en vano su obra; Dios es Su propio intérprete, es Él quien la dará a conocer. Dios se mueve en forma misteriosa para realizar Sus maravillas. Deja las huellas de Sus pies en el mar y cabalga sobre la tormenta”.

Esta es la letra de un hermoso himno compuesto por William Cowper en 1773. Este fue el último himno escrito por él. William, poeta y escritor de himnos, nació en Berkhamsted, Inglaterra, en 1731. Creció en una familia religiosa. Tuvo una infancia trágica, colmada de desavenencias que nunca pudo superar y afectó de por vida su salud mental. Su madre murió después de dar a luz cuando él tenia 6 años y a raíz de esto fue internado en un asilo. Fue objeto de maltrato y abandono. A pesar de su situación amaba la literatura y fue un gran poeta de su época. Sufrió depresión desde sus años de escuela y varios episodios de profunda crisis. Se sentía condenado por Dios y le costaba mucho encontrar la paz. Su desequilibrio mental fue su peor enemigo. En un momento de su vida tuvo un pequeño alivio a su sufrimiento cuando pudo comprender las Escrituras acerca del perdón y el amor de Dios. Luego de esto su enfermedad empeoró y fue internado. En una visita de su hermano y luego que él mismo le explicara las Escrituras, Cowper escuchó un susurro que le decía “aún hay misericordia”. Esto trajo esperanza nuevamente a su vida. A partir de aquí su vida cambió y enfocó su tiempo en estudiar la Biblia. Trabajó en la iglesia junto a John Newton en labores misioneras. Ambos produjeron varios himnos que compilaron la colección llamada “Olney Hymns”, donde aparecen 60 himnos compuestos por Cowper, entre ellos, “God Moves in a Mysterious Way” (Dios se mueve de formas misteriosas). En su letra vemos plasmada las incomprensibles maneras de obrar de Dios y aun en medio del terrible sufrimiento del alma de Cowper, encontramos esas perlas que hasta hoy en día. Traen esperanza y luz a nuestras vidas y la vida de innumerables personas que han disfrutado estos himnos. ¿Por qué?, sería la pregunta perfecta. ¿Por qué Dios permitió tanto sufrimiento en la vida de este hombre que buscaba profundamente y de muchas formas encontrar la paz en Dios? “No sé”, es mi respuesta, pero aun en medio de mi escaso entendimiento y de las formas misteriosas en que Dios actúa, debemos descansar en Él, buscando la paz en medio de las Escrituras y aferrándonos a Su amor a pesar de cualquier situación que estemos enfrentando. Dios sacó perlas del sufrimiento de Cowper, a pesar de que Cowper estuvo muchas veces inmerso en un mar de dudas respecto de su fe y su salvación. Dios tuvo misericordia de él muchas veces, al punto de evitar que se quitara la vida. La obra de Cowper ha traído ánimo a las futuras generaciones de creyentes que nos hemos gozado con la poesía de sus letras. Cuántas veces nuestra vida espiritual navega en medio de mares de dudas que muchas veces vienen a nuestras mentes débiles debido a las situaciones que enfrentamos, pero, como dice el himno: “No juzguéis al Señor con nuestros débiles entendimientos, sino confiad en Él y en Su gracia”.

*Con fragmentos extraídos de un artículo de Andrés Hernández. Texto de Paula Lamas. Gentileza de Vidacristiana.com

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