Cristianismo

Derecho a rezar en público: El Tribunal Supremo de EE.UU. ampara los gestos religiosos en ámbitos no clericales

En medio del revuelo mundial tras la derogación del derecho al aborto sentenciado por el Tribunal Supremo de Estados Unidos, este lunes 27 de junio, el alto tribunal ha dado la razón al entrenador de un equipo de fútbol de un instituto que había sido despedido por arrodillarse y rezar en medio de la cancha tras los partidos.

Entre 2008 y 2015, Joseph Kennedy, ejerció como técnico auxiliar del equipo de la escuela secundaria pública de Bremerton (Washington). El fallo supremo declaró que el docente tenía el derecho constitucional a rezar en el terreno de juego tras los partidos. La sentencia fue homologada por seis votos a favor (los seis jueces conservadores) y tres en contra, de los tres liberales. La sentencia favorable a Kennedy se dio en el marco de la caída de una restrictiva ley de control de armas del Estado de Nueva York a lo que se le sumó la doctrina Roe contra Wade, que protegía el derecho al aborto desde 1973 en el país.

Con este caso, el Supremo amplía las garantías de la Primera Enmienda; la misma consagra la libertad de expresión y de credo, y da vía libre a la manifestación pública de la fe por parte de los funcionarios del gobierno, tras décadas de contención entre la esfera pública y la privada.

Durante años, Kennedy solía rezar antes y después de los partidos, la mayor parte de las veces, acompañado por los jugadores. El técnico deportivo llevó a cabo una demanda luego de haber sido suspendido en 2015 por el centro educativo argumentando que los rezos en la cancha  daban un espectáculo que atraía a los medios de comunicación. En este esquema, Kennedy invitaba a los jugadores a incorporarse al rezo, pero – según la explicación dada por el instituto-  algunos padres empezaron a quejarse de que sus hijos se sentían obligados a participar.

La demanda de Kennedy se convirtió en una causa célebre para la movilización de los cristianos más conservadores. Actualmente, tras la revocación de Roe contra Wade los sectores más liberales y progresistas ven en estas manifestaciones una agenda teocrática alentada desde hace décadas y catapultada por la presidencia del republicano Donald Trump.

Pragmáticamente, el fallo del juez Neil Gorsuch, rechazó la opinión del instituto de que “los rezos y las homilías de Kennedy en el terreno de juego pudieran resultar coercitivos para el resto de los estudiantes, o un respaldo gubernamental de una religión concreta, lo que violaría una de las cláusulas de la Primera Enmienda”.

En este marco, la sentencia del Supremo parece avanzar sobre las fronteras entre iglesia y Estado  la que se le sumaron fallos como el de hace dos semanas donde el alto tribunal se mostró a favor de dos familias cristianas que denunciaban discriminación hacia las escuelas religiosas en un programa de becas en el Estado de Maine. En el mismo sentido que en el de Maine, en el caso del instituto de Bremerton, los jueces anularon el fallo de una instancia inferior, de la que se derivó la suspensión de Kennedy por desafiar las órdenes recibidas del centro, que le propuso rezar en privado. El entrenador, empleado público, se negó.

Al respecto el juez Gorsuch escribió: “la represalia contra Kennedy radica en una visión errónea del deber de suprimir la observancia religiosa mientras a la vez se permitía un discurso laico equiparable. La Constitución no ordena ni tolera ese tipo de discriminación”.

En los últimos meses el Tribunal Supremo, ha dado la razón a demandas de grupos o individuos cristianos en torno a la Primera Enmienda. En mayo, por ejemplo, dictaminó que Boston había violado los derechos de un grupo religioso por no permitirle colocar una bandera con la señal de la cruz en el Ayuntamiento, bajo cuyo mástil el grupo celebraba un acto público. En este contexto, en el mes de marzo, en un fallo suscrito por ocho de los jueces y un solo disenso, el alto tribunal resolvió que el Estado de Texas debía conceder a un reo en el corredor de la muerte la petición de que su pastor cristiano le impusiera las manos y rezara junto a él en voz alta durante la ejecución.

 

 

 

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