Cristianismo

Dios es amor y música para un joven cantante cristiano

Gran parte del día Cristian Ariel Rodríguez (30 años) es un trabajador más en una de las tantas fábricas existentes en el Parque Industrial de San Francisco, pero cuando sale de ese lugar se dedica a la música que alimenta su espíritu y que no es cualquiera porque se la consagró a Dios que siempre lo sostuvo «desde que lo encontró y ayudó a salir adelante».

Así fue que empezó el cambio por completo de su vida y dejó atrás una adolescencia que – según describió – lo llevó a tomar decisiones erradas que tuvieron un impacto negativo en él y en todo su entorno.

Hoy es un cantante de música cristiana con un primer disco girando por diferentes lugares y que sueña con cantar en tierras extranjeras para llevar las letras que sintetizan su historia, encuentro y vida acompañado de Dios, su guía y amigo. Su banda que tiene siete integrantes está conformada por amigos que hizo en este círculo.

Mientras tanto, además de trabajar y componer, se pone en el rol de maestro en su escuela de enseñanza de música cristiana. Allí concurren estudiantes de cualquier iglesia que vehiculizan sus enseñanzas alrededor de este género que imprime alegría y esperanza.

Cristian contó como es su vida ahora y de aquel encuentro con esta faceta de su vida. Se lo nota feliz y orgulloso de aquel chico que estaba limpiando y sintió el impulso de tomar el micrófono y cantar cuando nunca lo había hecho, del joven que siguió el consejo de un maestro y fue al Conservatorio Superior de Música «Arturo Berutti», pero sobre todo está contento de dedicar su prédica a través de melodías con base en la fe cristiana para que otras personas como él encuentren su camino.

 ¿Qué haces de tu vida además de cantar?

Tengo una academia de música cristiana donde mis alumnos comparten la misma fe y vienen a aprender instrumentos y poner en práctica lo que aprenden en sus iglesias, también trabajo en una fábrica en el Parque Industrial y en mi tiempo libre disfruto de mis amigos y escribir canciones.

¿Qué lugar ocupa tu fe y como te hiciste seguidor de Dios?

Es muy importante, nosotros vivimos y nos movemos por la fe, mi fe en Dios es lo primordial. Llego a conocerlo luego de una adolescencia donde tomé malas decisiones y me llevó a tener conductas para conmigo y mi entorno que eran feas. Llegué por medio de unos amigos que ellos ya iban a una iglesia a la cual hoy en día pertenezco y por medio de Dios descargué esa mochila de cosas, problemas y malas decisiones que traía y que como adolescente toma. Mis amigos me invitaban a compartir las reuniones y fue en 2007 que me compartieron esto y entendí que Dios podía sanar las heridas que tenía y podía convertirme en otra persona. Voy a la iglesia «Dios es amor» (Gerónimo del Barco 927) y ahí desarrollo mi ministerio tocando la guitarra, cantando, dirigí un coro de niños y así voy tomando experiencia.

Con su banda ha hecho presentaciones, pero su máximo sueño es hacerlo en vivo en el exterior
¿Cómo surgió tu interés por la música? ¿Coincidió con tu fe o empezaste a cantar inspirado en eso?

Nosotros los cristianos decimos «antes de aceptar a Cristo en mi corazón» comencé a ir a la iglesia y surge mi interés ahí porque veía como el grupo de alabanza cantaba y tocaban, yo desde abajo quería y anhelaba aprender eso porque yo no vengo del palo de la música mi   familia siempre fuimos muy fierreros y desde niño yo corría en moto porque mi papá es mecánico y preparador. Nunca se me ocurrió hacer música, pero al ver a mis amigos tocar y me contagié. Cuando empecé a hacer ministerio en la iglesia me dedicaba a limpiar los baños y ordenar cables junto con el sonidista, un día faltaron dos chicas que cantaban y yo en un acto humilde y atrevido a la vez agarré el micrófono y me puse a cantar en un ensayo. Ahí estaba Ezequiel que en ese momento era director de Alabanza que le gustó como cantaba, me habló y preguntó si quería ser parte. Me puse a estudiar en el Conservatorio de Música, formé parte del coro juvenil de la municipalidad y de la iglesia. En el Conservatorio aprendí piano, percusión y canto.

¿Cuándo empezaste con tu trabajo como solista?

En el 2012 empecé mi carrera haciendo covers de canciones cristianas y 2017 conocí a un productor musical, a él le tiré mi idea de poder grabar un disco de covers, él me propuso ir más allá y entonces me puse a componer, armé mi banda donde hay siete músicos que son amigos y hermanos de la fe. Después en 2018 y a partir de ahí empezamos a tocar y presentarnos hasta que llegó la pandemia, aunque seguimos por medio virtual y creemos que Dios nos abrió esta puerta para llevar nuestra música a personas de otras partes del mundo. También hemos tenido presentaciones fuera de la iglesia en eventos culturales y eso nos dio seguridad de que lo que hacemos está bien.

 

Cristian ya tiene su primer disco y ahora trabaja en un EP con cuatro canciones nuevas. 
¿Cómo llegaste a grabar tu primer disco?

En 2019 empezamos a grabar el primer disco con siete canciones todas cristianas y escritas compuestas por mí, el productor fue Jeremías Lobos y pasó un año y medio hasta que en el mes de abril lo lanzamos junto con un video. El disco se llama «Dispuesto a servirte» y gracias a Dios la música está en diferentes plataformas.

¿Tu sueño de cantar donde sería?

Mi sueño es llevar mi música a otro continente, en Estados Unidos, España, Centroamérica y hablar de Jesús por medio de la música. Tocar en vivo ahí sería hermoso. Asimismo, fui parte de encuentros de jóvenes donde transmití mi música y creo que como en la región no hay bandas cristianas también somos una valiosa herramienta para hacer ministerio y llevar la palabra de Dios mediante esta forma.

¿La música cristiana puede llevarse a cualquier género?

Mi disco tiene siete canciones con diferentes géneros, en particular yo amo música pop y disco, la canción promocional que tiene el video que se llama «Dispuesto a servirte» por ejemplo es de género funk, pero también podemos pasar reggae, pop rock, rock. Se puede llevar a cualquier género porque más allá del género acá lo importante es la letra y es por eso que en la música cristiana también existe el reggaetón, cumbia, cuarteto, salsa, merengue, bachata. Esto es algo cultural y la gente consume este tipo de géneros donde más allá de lo que le guste a alguien se puede aplicar estas letras a esto.

¿Qué poder tiene la música cristiana?

A veces piensan que es solemne y lenta, pero se trata de generar un impacto y transmitir alegría a la gente, el mensaje que damos es el de Dios. Mis canciones, por ejemplo, hablan de mi historia de vida, de todo lo que pasé e intento transmitir lo que Dios hizo en mí con el tiempo. Mi intención también es mostrar que siempre se puede cambiar y reflexionar, hay oportunidades nuevas por eso tengo canciones que ayudan a entender dónde estás parado y quizás les sirva de bendición para darse cuenta ante sí mismo y Dios. Paz, esperanza, amor, alegría eso transmitimos y su mensaje tiene un poder muy grande porque está basada en la palabra de Dios y nosotros los cristianos creemos en eso y que puede transformar el corazón y el entendimiento.

¿Cuál es tu próxima meta?

Estamos produciendo un EP (por las siglas en inglés Extended Play) de mi primer disco con el mismo nombre y cuatro canciones totalmente diferentes a las del primer álbum, además ya tengo en mente el inicio de la producción de un nuevo disco con muchas ideas nuevas para seguir creciendo, esto también se debe a mi relación con el sello UPM que ayudaron a que mi música llegue a otros países y plataformas.

 

Fuente La Voz de San Justo

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