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Premio Ratzinger 2022. Por primera vez un erudito de religión judía recibe el premio

El papa Francisco presidió la ceremonia de entrega del Premio Ratzinger 2022. La misma fue realizada el jueves 1 de diciembre en la sala Clementina del Palacio Apostólico.

El Premio Ratzinger es la principal iniciativa de la Fundación del Vaticano Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, establecida en 2011. Los galardones se entregan todos los años a dos o tres «eruditos que se han distinguido por méritos particulares en la publicación y la investigación científica».

El Comité Científico de la Fundación, compuesto por 5 miembros de nombramiento pontificio, es quien se encarga de proponer las candidaturas al Papa.

Con la edición de 2022, hubo un total de 26 galardonados; las personalidades a las que el reconocimiento toca, han sido hasta el momento principalmente estudiosos de la dogmática o teología fundamental, de la Sagrada Escritura, de la Patrología, de la Filosofía, y eminentes artistas de la música y la arquitectura de 16 países, son sólo católicos, pero también pertenecen a otras denominaciones cristianas.

Durante su discurso, Francisco alentó la colaboración entre la Fundación Ratzinger y las Fundaciones vaticanas del beato Juan Pablo I y San Juan Pablo II, “para que se promueva la memoria y la vitalidad del mensaje de estos tres Pontífices en intento de unión en la comunidad eclesial».

En su discurso el pontífice también recordó los momentos de encuentro personal vividos en los últimos años con el papa emérito. Al respecto destacó su “fuerza, fecundidad y actualidad de pensamiento”.

“No me faltan momentos de encuentro personal, fraterno y afectivo con el Papa emérito. Pero esta ocasión es importante para reafirmar que la contribución de su obra teológica y más en general de su pensamiento sigue siendo fecunda y eficaz”, enfatizó el Santo Padre.

La reforma

A sesenta años de la apertura del Concilio Vaticano II, el Sumo Pontífice recordó el papel que desempeñó Joseph Ratzinger, primero como experto durante los trabajos, luego como guía de la comunidad eclesial en la realización de aquel acontecimiento histórico fundamental: “Nos ayudó a leer los documentos conciliares en profundidad, proponiéndonos una hermenéutica de reforma y continuidad y mostrando su función crucial para reformular la cuestión central de la naturaleza y misión de la Iglesia en nuestro tiempo”. 

Y agregó: “Las aportaciones teológicas de Benedicto XVI siguen siendo un punto de referencia actual, no dirigido al pasado, sino fecundo para el futuro, para la realización del Concilio y para el diálogo entre la Iglesia y el mundo de hoy. Estas aportaciones nos ofrecen una sólida base teológica para el camino de la Iglesia: una Iglesia ‘viva’, que él nos enseñó a ver y vivir como comunión, y que está en camino -en un ‘sínodo’- guiada por el Espíritu de Señor, siempre abierta a la misión de anunciar el Evangelio y de servicio al mundo en que vive”.

Los ganadores

El padre Michel Fédou y el profesor Joseph Halevi Horowitz Weiler fueron los ganadores de este año. Acerca de Fédou se refirió el líder de la Iglesia Católica: “un maestro de la teología cristiana, un valiente heredero de la gran teología francesa que, desde Henri De Lubac hasta las Sources Chrétiennes, alimentó el Concilio Vaticano II y, ojalá, siga dando frutos. La mirada de Fédou no se cerró al pasado”. Y destacó: «El conocimiento de la tradición de la fe nutrió en él un pensamiento vivo, que supo abordar también cuestiones de actualidad en el campo del ecumenismo y en el de las relaciones con otras religiones».

En nombre del diálogo interreligioso

El profesor Wiler es la primera persona de religión judía en recibir el Premio Ratzinger. De su historial se deduce que investigó en sintonía con Benedicto XVI cuestiones que según Francisco «son de importancia sustancial: desde la relación entre fe y razón jurídica en el mundo contemporáneo hasta la crisis del positivismo jurídico y a los conflictos generados por una extensión ilimitada de los derechos individuales; hasta la correcta comprensión del ejercicio de la libertad religiosa en una cultura que tiende a relegar la religión al ámbito privado».

«El papa Benedicto siempre consideró estos temas centrales para el diálogo de fe con la sociedad contemporánea. Y el profesor Weiler no solo realizó profundos estudios sobre ellos, sino que también tomó valientes posiciones para la búsqueda de consensos sobre valores fundamentales y la superación de conflictos por el bien común. Que en esto puedan unirse creyentes judíos y cristianos es un signo de gran esperanza» destacó el Papa argentino.

Y agregó: «En un momento difícil, en el que esto había sido cuestionado, el Papa Benedicto afirmó con determinación y orgullo que ‘desde el principio, una meta de su trabajo teológico personal había sido compartir y promover todos los pasos de reconciliación entre cristianos y judíos realizados desde el Concilio’».

Los ganadores

Weiler se hizo muy conocido por haber defendido a Italia ante el Tribunal de Justicia Europeo en el caso del crucifijo en las escuelas. Nació en 1951 y tienen en su CV un doctorado honoris causa de la Universidad Católica de América, es profesor de derecho en numerosas universidades e institutos de derecho en los Estados Unidos, en Gran Bretaña y en varias partes del mundo. Es además, ex presidente del Instituto Universitario Europeo de Florencia y escribió numerosas obras sobre derecho constitucional, internacional, europeo y de derechos humanos.

El sacerdote jesuita francés Michel Fédou nació en Lyon en 1952. Ha sido profesor de teología dogmática y patrística en el Centro Sèvres de París desde 1987. Luego ocupó el cargo de decano de la facultad teológica y la presidencia. Miembro de los consejos de varias asociaciones teológicas y comisiones para el diálogo ecuménico con luteranos y ortodoxos, es también autor de numerosas obras, especialmente en los campos de la patrística y la cristología.

 

 

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