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La escuela de la familia en Rusia

de Vladimir Rozanskij.

Por decisión de la Duma, se han incorporado cursos especiales sobre una nueva materia, Semjevedenie o «Introducción a la familia». Desde la afirmación de los valores de la vida pública y privada hasta la «preparación de nuevas generaciones de patriotas», por oposición a los estilos de vida de Occidente.

El 2024 ha sido proclamado “Año de la Familia” en Rusia, lo que constituye también el principal contenido retórico de los programas electorales para una nueva presidencia de Vladimir Putin y sus competidores-lacayos. Por eso se han puesto en marcha cursos especiales en las escuelas sobre una nueva asignatura, Semjevedenie o «Introducción a la familia», que por ahora es optativa aunque muchos presionan para que sea obligatoria.

La familia en Rusia sigue siendo un concepto bastante aleatorio tras las largas décadas soviéticas en las que el Estado prevalecía sobre cualquier institución privada, incluidas la Iglesia y, precisamente, la familia. Esto había provocado tal desintegración de las relaciones que ya en 1982, al final del período brezhneviano, se había introducido en las escuelas soviéticas un curso sobre «Ética y psicología de la vida familiar». Este se suspendió tras la caida de la URSS y hoy se vuelve a dictar, como signo de la completa resovietización del país, lo que resulta evidente con el asesinato en el campo de concentración del último disidente, Alexei Navalny.

A decir verdad, la Semjevedenie ya se había introducido en muchas regiones de la Federación con carácter experimental, sobre todo por iniciativa del clero ortodoxo. A partir de 2021 se planteó como un capítulo de «Estudios Sociales», una denominación genérica para transmitir los principales «valores tradicionales» de la vida pública y privada. Desde que comenzó la guerra en Ucrania, estos temas se han retomado con especial énfasis en la educación escolar, para la «preparación de nuevas generaciones de patriotas». La nueva versión del programa fue decidida directamente por la Comisión de la Duma para la defensa de la familia y para las cuestiones de paternidad, maternidad e infancia, y fue presentada en noviembre del año pasado por la presidenta Nina Ostanina.

El informe señala que es necesario encuadrar a la familia «en las condiciones de los tiempos que estamos viviendo», y recuerda el ejemplo negativo de la década de 1990 bajo la influencia maligna de Occidente, cuando «se distribuían preservativos y anticonceptivos en las escuelas». Hoy, en cambio, debemos encontrar la manera de «convencer a las jóvenes de que conserven el feto, incluso cuando quedan embarazadas a una edad prematura». Sin embargo, una encuesta del sindicato de docentes muestra que sólo el 6% de los maestros está a favor de esta manera de plantear el tema.

En las redes sociales los comentarios de los adultos, comenzando por los padres de los alumnos, repiten “dejen la escuela en paz, déjenlos estudiar”, o “¿no son suficientes tantas conversaciones sobre cosas importantes? ¿Por qué quieren quitarles también esta responsabilidad a los padres?”, “entonces introduzcamos cursos de tareas domésticas, jardinería y trabajo en el huerto, y dejemos la ciencia a los hijitos de la casta en el poder”. Y otros incluso recuerdan el Domostroj, el Antiguo manual de economía doméstica ruso de principios del siglo XVII.

Por su parte el presidente de la asociación superpatriótica «Teachers’ Alliance», Daniil Ken, responde que «en vez de manuales, el estudio de la familia debe convertirse en un laboratorio metodológico, basado en sugerencias y recomendaciones informales», pero en cualquier caso de forma obligatoria y capilar, desde los primeros cursos hasta la enseñanza superior, «prestando atención a las diferentes etapas del desarrollo de niñas y varones». La directora del Instituto para el Desarrollo de la Educación, Irina Abankina, considera en cambio que «nuestro sistema escolar actual no está en condiciones de proponer adecuadamente una materia tan delicada», considerando también la excesiva intensidad de programas y cursos de «orientación moral y social» que se han introducido en los últimos años.

En los planes de estudio se han modificado los programas de Historia y Estudios Sociales, y las clases de Tecnología ahora se denominan «Lecciones de trabajo», que podrían incluir el entrenamiento militar y el uso de drones de defensa y ataque. Los profesores se ven obligados a trabajar en turnos dobles y, a menudo están acompañados por sacerdotes o militares. Para todos estas materias se han previsto cursos de capacitación, flashmobs y ejercitaciones prácticas.

 

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