Catolicismo

Comenzó el juicio al cardenal chino que se opone al comunismo

El cardenal Joseph Zen Ze-kiun fue acusado de no registrar civilmente la sociedad ‘Fondo Ayuda Humanitaria 612’, una organización que se dedica a brindar apoyo a activistas prodemocracia en Hong Kong, la ex colonia británica.

Este lunes comenzó el juicio que está llamando la atención de la Iglesia mundial. En ese sentido está recibiendo apoyo público de importantes personalidades eclesiásticas. Uno de los últimos en manifestarse ha sido el prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el cardenal Fernando Filoni, quien afirmó que el obispo emérito de Hong Kong no debe ser condenado.

En este sentido expresó en una carta publicada en el diario italiano ‘Avvenire’: “Hong Kong, China y la Iglesia tienen en él un hijo devoto, del cual no deben avergonzarse. Este es el testimonio a la verdad”.

Asimismo recordó que el cardenal Zen fue inspector de los salesianos resaltando sus virtudes: “inteligentísimo, agudo, con una sonrisa cautivante”. También hizo referencia a su dominio del idioma italiano y conocimientos de la cultura europea pese a ser oriundo de Shangai.

El cardenal Filoni destacó: “Y esto para mí era muy bello y fascinante, representaba el prototipo de una interculturalidad que me llamaba a la memoria a Xu Guangqi, un ‘cristiano en la corte de los Ming’ (Elisa Giunipero), o, en otros aspectos, la agudeza del obispo Aloysius Jin Luxian, jesuita, Obispo de Shanghái en el tiempo de Deng Xiaoping y sucesivamente, que amaba presentarse como el ‘Nicodemo de nuestros tiempos’. Ambos shanghaineses”.

En su misiva también resaltó que “el respeto y sostenimiento de la persona fue siempre el pilar de la visión humana y sacerdotal del purpurado chino, incluso ahora en Hong Kong en estos días en que es sometido a juicio”. Y agregó: “la integridad moral e ideal del Cardenal Zen fue altamente considerada cuando Juan Pablo II lo nombró obispo y Benedicto XVI lo hizo cardenal».

En su texto, el Purpurado recordó que en los juicios «quien puede hablar, debe hacerlo»; y recordó que “San Juan Bautista, un hombre que suscitó admiración y profundo respeto religioso, murió testimoniando la verdad a la cual ninguno es superior, reivindicando la unidad de la ley divina, recibida de la tradición hebraica». “También Jesús pagó por su testimonio de la verdad. ¿Qué es la verdad?, le preguntó Pilato ironizando en un dramático proceso en el cual el Nazareno era acusado de haber violado la soberanía de Roma”, enfatizó y resaltó:  “El veredicto fue emitido y Jesús fue condenado a una muerte infame; pero aquel proceso, nunca concluido, no será olvidado hasta que el Evangelio sea anunciado en la tierra. ‘Yo soy la verdad’, había proclamado Jesús, pero a la valoración de Pilato esto no interesaba. Y se lavó las manos”

“El cardenal Zen es un ‘hombre de Dios’; a veces destemplado, pero sumiso al amor de Cristo, que quiso que fuera su sacerdote, profundamente enamorado, como Don Bosco, de la juventud. Por ello fue un maestro creíble. Además es un ‘auténtico chino’. ¡Nadie, entre los que he conocido, puedo decir, que sea verdaderamente ‘leal’ como él!” concluyó.

 

 

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