Catolicismo

La revolución de las chiquitas santas

Un grupo de niñas (y un nene) emprendieron una original empresa cristiana para festejar el Día de Todos los Santos en Yerba Buena, pcia. de Tucumán, Argentina.

Tienen entre 7 y 11 años, la mayoría de ellas no usa celular y en medio de la vorágine de moda “Halloween”, tuvieron una idea que, en tiempos de fomento del ateísmo, la violencia, el consumismo y el hedonismo como posturas de rebelión, implica coraje para hacer la diferencia yendo contra la corriente apelando a los valores trascendentales del ser humano. Fue así que se vistieron de santas para ir por las casas de su barrio a decir “Feliz día de los Santos” en vez del actual y popular “trick or treat” que se traduciría como “dulce o travesura” en alusión a festejos paganos relacionados con la muerte y el miedo.

“Hoy estaba trabajando en casa a la siesta cuando tocaron a la puerta. Era un grupo de alegres, sonrientes y amorosísimos chicos del Barrio Cerrado donde vivo. Me contaron que estaban celebrando Holywins, y el concepto me pareció lindísimo así que lo comparto” expresó el abogado Marcos Aníbal Rougés para describir la iniciativa del grupo infantil residentes en el barrio Las Colinas, en Yerba Buena, San Miguel de Tucumán.

Y prosiguió: “La palabra se puede traducir como ´la santidad vence´. Son niños que se disfrazan de santos, cuentan la vida del santo al que representan, y regalan chucherías, estampitas, mini biografías y hasta rosarios a quienes los atienden. Es la contrafigura tierna y amorosa del Halloween. No se disfrazan de monstruos, diablos, brujas o zombis sino de santos. No aparecen a la noche sino a la siesta. No fingen actitudes aterradoras sino que contagian alegría. No piden nada sino que dan”. “Estar charlando con ellos, escucharlos evangelizar entre risitas tímidas, oír sus historias, resultó un soplo de virtud, alegría, inocencia, juventud y belleza realmente memorable!” concluyó el vecino.

La impulsora de la idea fue Carmencita Viejobueno que va a 5to grado del colegio Fasta Ángel María Boisdron en la provincia de la Independecia y Jardín nacional, como el resto de los participantes. Lo hizo bajo el manto de la inspiración de “Ofrecer” en contraposición a la idea materialista de “recibir” que impera en la “simpática” y “divertida” coerción (chantaje) del “dulce o travesura” de los niños que van casa por casa reclamando golosinas, y en caso de una negativa, realizan alguna pequeña venganza, convocando así a una “inocente” significación de “echar una maldición” sobre quiénes no satisfagan sus deseos.

Al respecto, en esa actividad donde predomina la diferencia entre la acción de «amar» (dar incondicionalmente) y «querer» (esperar algo a cambio), otra de las vecinas que recibió la visita comentó: “Fue una caricia para el alma, tanta alegría y entusiasmo! Todos querían contar la historia de su santo y lo hicieron muy bien! Les dije: cómo no me avisaron así los esperaba con al rico. No, dicen. Esto es revés, nosotros te trajimos regalos para vos; me entregaron rosario, estampas y caramelos. Al retirarse me dijeron acordate que tienes que ser santa. ¡Me derritió!».

Patricia Jorrat de Rico es la mamá de una de las 11 nenas –Candelaria Rico– que en el Día de todos los Santos salieron a misionar bondad. Es ella quien habló con Cultos de esta experiencia y recibe asombrada los comentarios positivos de agradecimiento de los vecinos. Fue ella también quien se dio cuenta de lo importante que es el detalle de la mención acerca del ropaje: “las chiquitas no se disfrazaron, se vistieron de santas”, destacando así lo que encarnaron las nenas y el nene en un mundo donde predomina el disfraz, un símbolo que refiere al estadío de lo ilusorio alzando imperios de falsedad, ocultamientos y apariencias por sobre el “vestirse”, que evoca la responsabilidad de asumir un compromiso con el pudor que entraña lo bueno, bello y verdadero.

Al grupo de 11, le dio el número 12 ( los apóstoles de Jesucristo), el hermanito de la impulsora: Esteban Viejobueno. Una de las cosas más interesantes es que el traje elegido por cada una (y uno) tuvo que ver con saber a quién homenajeaban y eso implicaba conocer la historia de su vida para compartir con quiénes los recibieran.

Así, sin querer, con la pureza de los corazones vírgenes, este grupo de niños asumió lo que dijera recientemente el Papa Francisco en el Ángelus del domingo reciente a propósito del día de Todos los Santos y luego de recibir al hijo del primer militar argentino canonizado por su postura en el martirio, que –coincidentemente- nació en Tucumán: Argentino del Valle Larraburre, señalando que las revoluciones nada tienen que ver con la violencia sino con la siembra y cuidado de lo que está bien y es benéfico para otros: “Los Santos son los verdaderos revolucionarios”, proclamó el Sumo Pontífice.

Las representaciones:

Carmen Viejobueno: Santa Catalina de Siena

Candelaria Rico: Madre Teresa de Calcuta

Lujan Merleti: Santa Teresita del niño Jesus

Isabel Nougues: Santa Bernardita

Esteban Viejobueno: Carlo Acutis (el beato más joven)

Rosario Juez Perez: Santa Rita

Emilia Menedez: Santa Maria Virgen

Candelaria Araoz: Santa Juana de Arco

Milagros Araoz: Santa Lucia de Fatima

Luz Maria Araoz: Virgen de la Merced

Mercedes Sawaya: Virgen de Fatima

Guadalupe Gordillo: Santa Clara de Asis

 

 

 

Silvina Batallanez, especial para Cultos

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