Catolicismo

Para el presidente de Nicaragua la Iglesia católica es «una mafia»

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, calificó a la iglesia católica como una “mafia”.

El primer mandatario volvió a su cruzada contra la institución de la iglesia de Roma con acusaciones de tono elevado como “ser antidemocrática”. Al respecto argumentó que esto es así «por no permitir que sus fieles elijan por voto directo al Papa, a los cardenales, a los obispos y a los sacerdotes».

La beligerante señalización fue durante un acto oficial en el que rindió honores al líder de la resistencia nicaragüense, Augusto C. Sandino (1895-1934). Allí aseguró que «Jesucristo resucitó en los pueblos y no por el ejemplo que puedan dar los curas, los obispos, los cardenales, y los papas, que son una mafia».

Asimismo destacó: «Miren los crímenes que han cometido. ¡Cuántos crímenes han cometido y siguen saliendo crímenes todos los días y los están juzgando! Crímenes que cometen por tener regulaciones absurdas».

El jefe del régimen sandinista desplegó su ira tras los reproches públicos del Papa Francisco por la condena a prisión monseñor Rolando Álvarez.

En este marco acusó a los líderes de la Iglesia Católica de «cometer crímenes en el campo financiero» subrayando además que «allí tienen un proceso ahorita en el Vaticano, por cómo han malversado millones, porque han manejado millones ellos siempre».

El ex guerrillero proclamó: «no respeto ni a los reyes ni a los papas y tampoco a los obispos nicaragüenses» sellando así su enemistad para con el clérigo superior de la iglesia local. Para justificar la persecución  que su gobierno ha llevado a cabo para con muchos de los integrantes de la iglesia – desde obispos, pasando por monjas y llegando a seminaristas-, se apoyó en su propia biografía «¿Qué respeto le puedo tener a los obispos que he conocido en Nicaragua, si eran somocistas? Era un niño cuando pasó el funeral de (Anastasio) Somoza (García, en 1956) y los obispos enterraron a Somoza como príncipe de la Iglesia, es decir como si era un cardenal de la iglesia Católica».

 «¿Quien elige al Papa? ¿Cuántos votos consigue el Papa entre el pueblo cristiano?» cuestionó apasionadamente para proponer: «Si vamos a hablar de democracia (…), el pueblo debería elegir en primer lugar a los curas del pueblo, luego a los obispos, a los cardenales, y tendría que haber una votación en el pueblo católico en todas partes para que se elija también al Papa por voto directo del pueblo.¡Qué sea el pueblo el que decida y no la mafia que está organizada en el Vaticano!».

Desde esta perspectiva confesó que Jesucristo fue su inspiración «para ser revolucionario» y enfatizó sobre la figura del Hijo de Dios: «no se anduvo vistiendo como se visten los obispos, mucho menos como los cardenales o el Papa, ni viviendo en mansiones como viven los cardenales y el Papa».

Asimismo aclaró: «Dicen que yo soy comunista, y esto lo he dicho en otras ocasiones cuando me han preguntado: yo soy revolucionario gracias a Cristo. Por Cristo me hice revolucionario y luego como revolucionario conocí a Marx, Engels«. «Cristo es al que llevo siempre en mi corazón y el socialismo es el cristianismo y eso es lo que defienden los nicaragüenses y el Frente Sandinista de Liberación Nacional» indicó con fervor.

En el Ángelus del 12 de febrero Francisco lamentó la condena a cárcel del obispo crítico del régimen nicaragüense, monseñor Rolando Álvarez, invitando así a los responsables políticos a una «búsqueda sincera de la paz» en ese país. Al respecto había dicho el Sumo Pontífice: «Las noticias que llegan desde Nicaragua me han dolido no poco, y no puedo no recordar con preocupación al obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Alvarez, a quien quiero mucho, condenado a 26 años de cárcel y también a las personas que han sido deportadas a Estados Unidos»

Uno de los críticos centrales del gobierno de Ortega, el obispo Álvarez, fue condenado el pasado 10 de febrero a 26 años y 4 de meses de prisión tras ser declarado culpable por delitos considerados «traición a la patria» tras negarse a ser desterrado a Estados Unidos. En este contexto de crisis, hace unos diez días, el régimen de Nicaragua quitó la  nacionalidad e inhabilitó de por vida para ejercer cargos públicos a 94 opositores, entre ellos, los escritores Sergio Ramírez y la afamada Gioconda Belli a quiénes también confiscarán sus bienes.

 

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