Cristianismo

Guillermo Maldonado|La Cruzada del Apóstol con jornadas de salvación y milagros

Luego de una semana de actividades con pastores, líderes, personas de influencia y medios de comunicación, el Apóstol Guillermo Maldonado finalizó su parada en la Argentina con el estadio de Platense desbordado.

Allí, la presencia de Dios se hizo notoria a través de milagros y miles de personas que aceptaron a Cristo como su Salvador.

El diluvio producido en Buenos Aires la semana anterior no hizo mella para que quienes se habían propuesto ser parte de este gigante movimiento espiritual; asistieron así a cada propuesta generada por el ministerio El Rey Jesús, liderado por Maldonado. El martes -tal vez el peor día en cuanto a inclemencias del tiempo se refiere- se dejó entrever el interés en escuchar al carismático predicador, dada la concurrencia de medios a la conferencia de prensa realizada en el Marriot Hotel de Buenos Aires. En ese marco, el apóstol desgranó una serie de conceptos que se mantuvieron a lo largo de las enseñanzas vertidas los días siguientes. Esto ocurrió el miércoles en el Golden Center en donde estuvieron reunidas cientos de personas de influencia. El jueves y viernes realizó dos memorables jornadas intensivas en el Movistar Arena, donde alrededor de 12.000 personas se dieron cita desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche.

El Apóstol Maldonado puso mucho énfasis en una clara palabra de parte de Dios que tenía que ver con un nuevo avivamiento en la Argentina. Al respeto aseveró con elocuencia: «La Argentina está a las puertas de un nuevo avivamiento. Fue un país modelo para el resto del mundo y hoy se encuentra inmersa en una crisis. Dios será quien ponga de pie nuevamente a este precioso país, pero necesitamos volver a él”.

El cierre de la agitada semana se produjo en el Estadio de Platense, en la localidad de Vicente López, lindante a la Ciudad de Buenos Aires. A la hora señalada, miles de personas se agolparon a las puertas del predio con la expectativa generada por el Apóstol Maldonado a partir de su mensaje alusivo a un inminente avivamiento coincidente con el 70 aniversario de aquél primer mover espiritual de Dios que generó la apertura de los medios de comunicación para difundir masivamente el Evangelio en la Argentina. El evento transcurrió entre canciones de New Wine -la banda de alabanza y adoración que acompaña al apóstol en todas sus travesías- y testimonios de los milagros que Dios ya estaba produciendo entre los presentes. Los mismos pudieron escucharse desde el escenario, contados en primera persona por quienes recibían sanidades de diversos malestares que los aquejaban.

Acto seguido, y en medio de un apacible clima de adoración, el Apóstol hizo su aparición en el imponente escenario para continuar con esa atmósfera espiritual en la que todas las miradas y oídos estaban centrados en recibir lo que Dios tenía preparado para esa noche. Acto seguido, comenzó a desgranar un claro mensaje sobre el despertar de la iglesia argentina para el avivamiento que se viene. Y redobló la apuesta exhortando a la iglesia a ir en pos de un arrepentimiento para que la Argentina sea el escenario de ese avivamiento que logre transformar la sociedad y generar una cosecha inusitada de almas. “Cosecha” (valga la redundancia) que empezó a producirse esa misma noche, donde miles de personas levantaron sus manos para recibir a Jesucristo como Salvador personal de sus vidas.

Una frase recurrente del Apóstol fue la reflexión que ya venía compartiendo en las jornadas previas: «La restauración y sanidad de Argentina no depende de un hombre, sino de volver su corazón a Jesús».

Pasadas las 9 de la noche, el evento fue dando sus últimos pasos. De a poco, la gente se iba desconcentrando del estadio, con esa sensación latente de atravesar la puerta hacia un nuevo tiempo en la Argentina, un tiempo donde no hay lugar para la tibieza, donde la iglesia deberá ser protagonista de un verdadero cambio en el país y donde la búsqueda de la espiritualidad esté dirigida a un encuentro genuino con Dios, el único que puede transformar vidas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *